lunes, 30 de mayo de 2011

Día 1

La primera bocanada de aire de esta mañana no tiene la misma sensación reconfortante que tienen las de días anteriores. Abro los ojos y reconozco mi habitación, el mismo color en las paredes, el mismo piso de madera, el mismo espejo al lado derecho de la habitación junto a la puerta.
Me dispongo a ponerme de pie y doy un largo bostezo, nuevamente se siente distinto a bostezos anteriores, me levanto y camino por la habitación, las cortinas siguen cerradas, cada paso se siente distinto a pasos anteriores.
Me dirijo al espejo para comprobar que mi rostro sigue siendo el mismo, el cabello castaño desordenado, los ojos pardos, la barba que empieza a brotar con timidez, todo parece igual.
Camino hacia la ventana para correr la cortina y ver que me espera en este nuevo día, el piso cruje con cada paso, eso es nuevo.
Estiro mi mano para tomar la cortina y correrla, escucho un llanto detrás de mi... eso también es nuevo. Asustado me doy vuelta solo para ver mi espejo, sigo siendo yo, el mismo pelo desordenado, la misma barba que quiere crecer.
Abro la cortina y veo el mismo paisaje de siempre, las mismas montañas, el mismo valle, el cielo algo nublado pero nada que pueda alarmar a alguien. Alguien vuelve a llorar.
Me doy vuelta para ver nuevamente mi reflejo, el piso cruje solo, esto también es nuevo. Me doy vuelta a ver nuevamente el paisaje. Esto no es lo que vi hace cinco segundos.
Caigo al suelo por la impresión de ver un verde valle convertido en el más árido desierto que he podido imaginar, el cielo antes azul tenía un color rojizo que no estaba ahí antes, todo esto es nuevo... y ya estoy asustándome.
Corro a la puerta para intentar salir de la habitación, la puerta no abre, el piso cruje.
No me gusta lo nuevo, el calor aumenta en la habitación, el aire no es el mismo de otras ocasiones, oigo el llanto nuevamente.
De la cama brotan ríos carmesí, el cielo de la habitación se despedaza al parecer por culpa de un tornado.
Tormenta en el rojo amanecer, paisaje nuevo con solo cinco segundos de transición, alguien dígame que está sucediendo.
El llanto se vuelve risa, me doy vuelta y es mi reflejo quien ríe, el otro lado del espejo es un mundo mejor.
Grito a los cielos "¡Quien es el culpable!" una voz me responde desde la dirección en la que se encuentra mi cama confesando su culpa. Me doy la vuelta y me veo sentado en la cama riendo, una lagrima cae de mis ojos, mientras mi otro yo arremete para tomar mi ultimo momento de desesperación y hacerme dormir con el para siempre.
Cierro los ojos.
Los abro nuevamente y estoy en mi habitación, todo es igual a como lo recordaba, el paisaje también es el mismo, todo es igual a como lo recordaba antes de despertar por primera vez.
No me atrevo a mirar el espejo.
Mi nombre es Benjamin, y creo que le tengo miedo a mis sueños.